Curiosidades sobre la reproducción asistida

Muchas son las personas que desean tener hijos pero que, por distintas circunstancias, no pueden conseguirlo de forma natural. Precisamente por ese motivo recurren a las diversas técnicas de reproducción asistida que existen y que les pueden permitir hacer realidad ese sueño.

Existe mucha información acerca de ese tipo de reproducción. No obstante, ahora queremos hacer especial hincapié en lo que son las curiosidades que existen sobre la misma al respecto. ¿Te animas a descubrirlas? Toma nota:

Su origen se remonta al siglo XVII

Quizás no lo sepas, pero el origen de la reproducción asistida se encuentra en el siglo XVII. Sí, como lo has leído. Y es que fue en el año 1677 cuando el científico holandés Antoni van Leeuwenhoek, el creador del microscopio, realizó unas investigaciones que serían el punto de partida del término que nos ocupa. En concreto, en ese momento procedió a estudiar lo que es el semen del hombre, haciendo así que se convirtiera en el primero en ver los espermatozoides.

Tras ese primer avance, habría que esperar un siglo más para que se diera un paso importante en materia de reproducción asistida. En concreto, lo que sucedió fue que en el año 1784 el italiano Lazzaro Spallanzani llevó a cabo la primera inseminación artificial. Eso sí, fue a una perra que pudo traer al mundo a tres cachorros perfectamente sanos.

Los primeros niños probeta

El primer niño probeta, nacido mediante una fecundación in vitro, vino al mundo en Oldham, perteneciente al condado inglés de Lancashire, el 25 de julio de 1978. Tras el éxito conseguido con este, en 1980 nació el segundo niño probeta, en este caso lo hizo en Melbourne (Australia).

En España, por otro lado, hubo que esperar hasta el 12 de julio de 1984 para que viniera al mundo la primera niña probeta, en Barcelona.

Es un mito que siempre consigue el embarazo múltiple

En numerosas ocasiones hemos escuchado que la reproducción asistida es la máxima responsable de los embarazos múltiples, que consigue un altísimo porcentaje de los mismos. Sin embargo, hay que exponer que eso se considera que es un mito. Se expone que no es totalmente cierta esa afirmación por el hecho de que se establece que las estadísticas vienen a indicar, que únicamente se produce esa situación en torno al 20 % de los casos. Es más, el mayor porcentaje de esa cifra son embarazos de tipo gemelar.

Más datos curiosos o singulares sobre la reproducción asistida

Además de todas las curiosidades expuestas, hay otra serie de cuestiones que también te pueden resultar interesante sobre la reproducción asistida. Nos estamos refiriendo a algunas como las siguientes:

• A la hora de realizar la transferencia de embriones al útero de la madre hay un límite. En concreto, ese es de tres embriones por intento.
• Existen delitos relacionados con aquella. Se trata de los referentes a la selección de razas, practicar la reproducción asistida sin el consentimiento previo de la mujer o fecundar óvulos humanos que no sea con el objetivo de la procreación.
• La fecundación in vitro y la inseminación artificial son los tipos de técnicas de reproducción asistida más reconocidos. No obstante, hay que saber que hay otras. Este sería el caso, por ejemplo, del método ROPA, de la vitrificación de óvulos o de la fecundación in vitro con donación de lo que son ovocitos.
• Otro de los mitos que existen en torno a la reproducción asistida es que en la mayoría de las ocasiones las parejas tienen que recurrir a la misma para tener hijos por culpa de problemas de fertilidad en la mujer. Sin embargo, eso es falso. Las últimas cifras que se barajan vienen a indicar que en el 40 % de las veces es la fémina la “responsable”, en el 40 % lo es el hombre y en el 20 % de los casos es debido a los dos.
• Hay quienes consideran que si una fémina o un varón ya han tenido hijos antes, no van a necesitar recurrir a la reproducción asistida para volver a tener más. Sin embargo, eso es un error. Pueden tener que optar por cualquiera de las técnicas de esa por muchas y variadas situaciones que pueden tener lugar a lo largo del tiempo.